Retrato de Mongolia
Mongolia es un reto en casi todos los sentidos. Excepto en el verano, el clima suele ser muy duro, por lo cual los nómadas se ven forzados abandonar los valles verdes donde pasan el verano y trasladarse a las montes para sobrevivir el invierno. Es entonces cuando, parte por parte, desmontan sus yurtas y se van. La dieta de los nomádas es muy simple – se limita a la carne de cordero y los productos lácteos que hacen con la leche de los yaks. Los nómadas se levantan muy temprano y pasan el día entero cuidando de sus animales, el único tesoro que tienen. Su vida cotidiana se revuelve alrededor de la sobrevivencia pero aún así siempre encuentran tiempo para divertirse – hablar con los viajeros, compartir unos chupitos de la vodka rusa, visitarse entre ellos… Pero más que la diversión, a los nómadas les gustan buenos retos, sobre todo retos peligrosos. En ese sentido nos llevábamos muy bien. En este álbum comparto algunos de mis mejores momentos en el estepa mongoliana.